Las guerras y la paz fueron los signos del tiempo de Pablo Picasso... y lo siguen siendo hasta hoy.
Estuve en Madrid en 1981 cuando el Guernica, su obra más conocida, pisaba por primera vez suelo español, después de 44 años de recorrer Europa por cuanto país libre la acogió. Fue una fiesta y una reafirmación del latido central que emana de esta obra, la denuncia del horror de toda guerra y el llamado a la paz. Cuando estuve allí, compartiendo y percibiendo lo que significaba para miles de jóvenes españoles este simbólico ‘regreso’, lo entendí todo.
Estuve en Madrid en 1981 cuando el Guernica, su obra más conocida, pisaba por primera vez suelo español, después de 44 años de recorrer Europa por cuanto país libre la acogió. Fue una fiesta y una reafirmación del latido central que emana de esta obra, la denuncia del horror de toda guerra y el llamado a la paz. Cuando estuve allí, compartiendo y percibiendo lo que significaba para miles de jóvenes españoles este simbólico ‘regreso’, lo entendí todo.